Fuga de cerebros

26 Jun

Cada día son cientos los jóvenes españoles los que deciden abandonar su casa, a su familia y amigos para subirse a un avión en busca de un trabajo y una vida mejor. Más de la mitad de los jóvenes está actualmente en el paro en nuestro país, pero hay más: son muchos los que no se sienten valorados a causa de los trabajos mal remunerados y con malas condiciones. Algunos no llegan ni a mileurista a pesar de tener una cualificación superior. Estas son las causas por las cuales muchos deciden hacer las maletas.

Europa, principalmente, es uno de los destinos preferidos para comenzar una nueva vida, en busca de una oportunidad. Pero no todo es tan fácil y bonito. Una de las primeras barreras es la idiomática, seamos sinceros, los españoles no nos caracterizamos por nuestro inglés. Es necesario conocer el idioma del destino elegido o por lo menos tener una base con la que uno pueda desenvolverse con cierta soltura. Otro de los inconvenientes es la inevitable «morriña«, cuando uno está lejos de casa se echa mucho de menos a la gente que siempre se ha tenido alrededor. Lo mejor es aprovechar las nuevas tecnologías para mantenerse siempre en contacto con ellos y sino…siempre quedarán los vuelos low cost. En el libro «Yo emigro, tú emigras, todos emigramos» se dan otros consejos útiles para los valientes que deciden dar el salto.

El resto es ponerle ganas y ánimos. Lo importa es estar seguro del paso y sobre todo disfrutar del momento. Aprender idiomas, conocer a gente de culturas diferentes y sobre todo tener la oportunidad de encontrar un trabajo digno, adecuado a la formación de cada uno y de acuerdo con el tiempo que se ha invertido.

Algún día los gobernantes se darán cuenta de que están dejando escapar a gente muy preparada y muy buena. Ellos no lo aprovechan, pero alguien sí que lo hará. Así que mucha suerte a todos los cerebros que han decidido dar el paso, los que no nos atrevemos -todavía- os esperamos aquí.

2 respuestas to “Fuga de cerebros”

  1. tamara torres 29 de junio de 2012 a 11:13 #

    Toda la razón.
    Lo peor es la «morriña», lo mejor obligas a ver mundo a tu familia y amigos 🙂

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